"Si bien muchos hemos escuchado hablar del glaucoma, pocos conocen cómo se desarrolla esta enfermedad silenciosa y el papel que desempeña la presión ocular alta. En este artículo, exploraremos más de cerca la relación entre la relación de estos temas."
La presión ocular alta es una afección en la que la presión en el ojo está por encima del nivel normal. La mayoría de las personas con presión ocular alta no tienen síntomas y no se dan cuenta de que tienen la afección. Sin embargo, la presión ocular alta es un factor de riesgo para el glaucoma, que es una afección en la que se daña el nervio óptico y puede provocar ceguera.
El glaucoma se produce cuando el nervio óptico se daña. No tienen síntomas en etapas iniciales, por lo que es importante hacerse exámenes de los ojos regularmente para detectarla a tiempo, en etapas más avanzadas se manifiesta de forma agresiva.
Algunos de sus síntomas son:
Enrojecimiento de ojos.
Dolor agudo de cabeza y ojos.
También puede trasladarse a la cabeza, causando una fuerte cefalea.
Alteraciones visuales.
Pueden aparecer halos de luz y causar visión borrosa o nublada.
Cambios en el iris y la pupila.
Endurecimiento de la córnea.
Vómitos o náuseas.
Existen algunas formas de glaucoma agudas, de manifestación clínica rápida y normalmente acompañadas de dolor y pérdida de visión, que son menos frecuentes. En ellas, la presión ocular aumenta de forma rápida debido a la configuración anatómica del ojo (glaucoma primario de ángulo cerrado) o secundario a inflamación, traumatismo u otra enfermedad ocular.
¿Cuáles son sus factores de riesgo?
Existen muchos factores de riesgo que pueden contribuir a la aparición del glaucoma. En la mayoría de los casos, la elevación de la presión ocular es secundaria a una dificultad en la eliminación del humor acuoso (líquido intra-ocular). La presión ocular se considera normal por debajo de 22 mmHg, pero algunos ojos con glaucoma necesitan mantener presiones más bajas para evitar la progresión de la enfermedad.
Las personas mayores de 40 años corren un mayor riesgo de sufrir la enfermedad. Dicho riesgo aumenta con la edad.
Las personas con una presión ocular elevada. Es el principal factor de riesgo de desarrollo de glaucoma, por lo que seguir un tratamiento para reducir dicha presión es lo más importante para alcanzar una mejora en el pronóstico de la enfermedad.
Las personas con antecedentes familiares de glaucoma. Existe entre un 4 % y un 16 % de riesgo de desarrollo de glaucoma en caso de que algún familiar de primer grado (padre, madre y/o hermanos) lo padezca.
Miopía. Los miopes corren aproximadamente el doble de riesgo de desarrollar glaucoma que el resto de la población.
Tratamiento
El tratamiento principal es médico y consiste en la instilación de gotas en el globo ocular mediante colirios. Dichos colirios contienen diferentes fármacos que ayudan a disminuir la presión intraocular. Existen muchos tipos de colirios eficaces pero pueden producir leves molestias en los ojos tras su aplicación (enrojecimiento ocular, sensación de cuerpo extraño). El tratamiento con láser también es útil en el glaucoma. Existen distintos tipos:
Trabeculoplastia, adecuada para el glaucoma de ángulo abierto.
Iridotomía (pequeño agujero en el iris) e iridoplastía (grandes impactos que estiran el iris periférico y abren el ángulo). Se emplea en los glaucomas de ángulo cerrado.
Ciclofotocoagulación. Se emplea en pocos casos, solo en aquellos que no responden a otros tratamientos médicos o quirúrgicos.
Hay que destacar que todos los tratamientos con láser se realizan de manera ambulatoria, el tratamiento quirúrgico es necesario en una cantidad de casos considerable. Generalmente se debe llevar a cabo cuando el tratamiento médico no es suficiente para controlar la presión y/o detener la progresión de la enfermedad.
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